Popular utilizó una sucursal de Bankia en Santoña para su trama de ocultación de morosidad en Luxemburgo
Thesan, la trama de sociedades que montó el Banco Popular en Luxemburgo para ocultar la morosidad de empresas en apuros y que han confirmado diversos testigos en la Audiencia Nacional, fue mucho más rocambolesca de lo que cabe imaginar. Para tratar de borrar las huellas de esta operativa, el banco que entonces presidía Ángel Ron utilizó una sucursal de Bankia, hoy CaixaBank, en Santoña (Santander), que se acabó plantando ante la magnitud del escándalo.
El exempleado de dicha oficina bancaria Ángel Lorenzo Ibarra declaró la semana pasada ante el juez José Luis Calama, que instruye la causa, que en enero de 2015 abrió cuentas a nombre de varias sociedades luxemburguesas implicadas en esa trama: Trans Investments, Ecol Investments, Dublon Holding, Brasa Investments, Pride Investments y Universal Hodling. Asimismo, se traspasaron a Santoña desde otras sucursales de Bankia las cuentas de más sociedades: la citada Thesan Capital, Platja Amplaries, Tifany Investments, Taler Real Estate, Kurobe, Teixu Capital, Sistemas Mecanizados Avanzados, Corporación Financiera Issos, Fórum De Negocios y otras. Todas ellas eran clientes del Banco Popular.
La operativa era la siguiente: Banco Popular concedía préstamos a estas empresas en Luxemburgo para refinanciar sus deudas, las sociedades luxemburguesas enviaban el dinero a sus cuentas en la oficina de Bankia en Santoña y posteriormente se transfería a las sociedades españolas correspondientes para que pudieran operar. Una vez transferidos los saldos a las empresas españolas, las luxemburguesas dejaron de operar. Y las radicadas en nuestro país hacían pagos trimestrales para devolver los créditos al Popular.
Lorenzo Ibarra aseguró en la Audiencia que las sociedades aportaron los contratos de préstamo con el Popular como justificación del origen de los fondos y estos documentos se unieron a los expedientes de las cuentas. Algo que confirma todavía más la existencia de esta operativa y que arrincona todavía más al expresidente del banco, Ángel Ron, al que ya habían puesto contra las cuerdas por el asunto de Luxemburgo varios exdirectivos. Y el hecho de usar una pequeña oficina en Cantabria de otra entidad no hace sino incrementar las sospechas de posibles irregularidades o delitos.
Irregularidades desde el principio
Según esta declaración, las cuentas se abrieron de una forma un tanto irregular (faltaban algunos de los requisitos exigidos por la normativa), pero este empleado las abrió de todas formas porque le instó a ello el director de la sucursal (José Antonio Cuevas López) con el permiso del responsable de zona (Jorge Torres Sepúlveda).
A Lorenzo Ibarra le comunicaron que se trataba de un grupo de empresas del conocido empresario cántabro José Luis Macho Conde y de Santiago Burgaleta (nombre que ha aparecido en numerosas ocasiones en esta trama). Además, le convenció para abrir esta cuentas el hecho de que los saldos que iban a ingresarse eran de 32 millones, muy altos para una oficina pequeña, con pocos clientes y que corría el riesgo de ser cerrada.
Con el tiempo, estos saldos alcanzaron 82 millones, según este testigo. Pero empezaron a llegar resoluciones judiciales que atribuían delitos fiscales a los responsables de Thesan y que ordenaban el bloqueo y embargo preventivo de las cuentas de algunas sociedades. Asimismo, se empezaron a publicar en la prensa las primeras noticias sobre esta trama del Popular en Luxemburgo.
Ante esta situación, el declarante y una compañera de la sucursal se negaron a seguir operando con estas empresas. Bankia realizó una auditoría interna que se saldó con la salida del director de la oficina cántabra, con una comunicación al Sepblac de sospechas de blanqueo y con la cancelación de todas las cuentas.